LA LEYENDA DE SAN VIRILA
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San Virila |
Buenos días caminantes de todos los continentes y amigas y amigos del Camino de Santiago. Os deseo que estéis teniendo una buena peregrinación y que la disfrutéis a tope.
Narraré hoy la leyenda de San Virila. Espero que os guste y que también nos haga reflexionar, a cada cual con aquello que de alguna manera le haga sentir cualquier tipo de inquietud interna y veamos finalmente la luz.
Virila era un monje que se sentía especialmente angustiado por entender el gran dilema de la eternidad y todas las dudas que ello le provocaba. Así que rezaba y pedía a Dios que le iluminara sobre este misterio. Una tarde, salió a pasear por los bosques de Leyre, como hacía habitualmente. Se sintió cansado y se sentó a recobrar aliento junto a una fuente, y allí se quedó como hipnotizado y ensimismado, durmiéndose oyendo cantar un ruiseñor.
Pasado un tiempo, que para el monje Virila fueron horas, se encaminó de vuelta al monasterio. Cuando entró se sorprendió de no reconocer a ningún monje, ya que ninguno le resultaba familiar. Recorriendo las dependencias del interior se sorprendía con cada detalle que veía y sentía que algo extraño sucedía.
Dándose cuenta de que nadie le reconocía se dirigió al Prior, al cual le contó su historia. Éste, atónito, llevó a Virila a la biblioteca para descifrar el enigma y revisando documentos, descubrieron que hacía trescientos años, un monje santo, llamado San Virila, había gobernado el monasterio y en uno de sus paseos primaverales había sido devorado por unas fieras.
Comprendió entonces que ese monje era él y que, por fin Dios, había escuchado sus oraciones y comprendía ahora como era la eternidad.
Seguro que nuestros problemas son de otro tipo, pero ojalá lleguemos a entenderlos y encauzarlos de una manera correcta para nosotros mismos y para los que nos rodean.
Y esto es todo por hoy peregrinos. Como siempre os digo, Buen Camino. Ultreia!